Friday, November 04, 2022

He renunciado.


He renunciado a verla,

a contemplar

su ancha sonrisa de ala.


De enhebrar sus cabellos

de lluvia,

con el delirio pentagramado

de mis dedos.


He renunciado al afán

de atrapar el vuelo

de su risa espontánea.


De incendiar 

su pálida espalda.


De sucumbir 

en los ríos frágiles

de sus venas.


He renunciado a la ilusión

de aventurarme

en el ignoto territorio

de su estatura.


Donde las orquídeas,

alumbran anárquicas. 


He renunciado

a la hospitalidad tibia

de su boca.


A la impetuosa necesidad

de iluminar mi corazón

con su inteligencia triste.


He renunciado alumbrarme

con sus mejillas.


A su ternura presentida,

a su intensa pasión.


A sus silencios, 

a sus sueños,

y oscuros presagios.


He renunciado 

a su amor desventurado.


A descifrar

el recóndito abecedario

de su cuerpo.


Al intento de navegar

el prodigo mar, 

en el azaroso estuario

de sus piernas.


He renunciado..


Ricardo Quintana.