"Caballeros. Bienvenidos al Club de
Thursday, January 28, 2016
"Caballeros. Bienvenidos al Club de
"Algunas de mis canciones preferidas: Only Love Can Break Your Heart, de Neil Young; Last Night I Dreamed That Somebody Loved Me, de los Smiths; Call Me, de Aretha Franklin; I Don’t Wan’t to Talk About It, de quien sea. Y luego, Love Hurts, When Love Breaks Downs y How Can You Med a Broken Heart, y también The Speed of Sound of Loneliness y She’s Gone, y I Just Don’t Know What to Do with Myself, y qué se yo. Hay canciones de éstas que he escuchado por término medio al menos una vez por semana (trescientas veces el primer mes, y después de vez en cuando) desde que tenía dieciséis, diecinueve o veintiún años. ¿Cómo no va a dejarte eso magullado por algún sitio? ¿Cómo no te va a convertir eso en una persona fácilmente rompible en mil trocitos, cuando tu primer amor se va al garete? ¿Qué fue primero: la música o la tristeza? ¿Me dio por escuchar música porque estaba triste? ¿O es que estaba triste porque escuchaba música? ¿No te convierten todos esos discos en una persona de tendencia melancólica?.
Hay quien se
preocupa, y mucho, de que los niños pequeños jueguen con armas de fuego, de que
los adolescentes vean vídeos en los que la violencia es moneda corriente; nos
da miedo que esa especie de cultura de la violencia termine por tragárselos
como si tal cosa. A nadie le preocupa en cambio que los niños escuchen miles,
literalmente miles de canciones que tratan siempre de corazones destrozados, de
rechazos y abandonos, de dolor, tristeza, pérdida. Las personas más
desgraciadas que yo he conocido, romáticamente hablando, son las que tienen un
desarrollado gusto por la música pop. Y no sé si la música pop es la causante
de esta infelicidad, pero sí tengo muy claro que han escuchado esas canciones
infelices desde hace más tiempo del que llevan viviendo una vida más o menos
infeliz. Así de claro." *
* “Alta Fidelidad”. NIck Hornby.
Tuesday, January 26, 2016
El saboteador arrepentido
En mi rostro está escrita la aceptada
renuncia
tanto vil ostracismo
después supe
el trabajo es salud, es factor
dignifica
y lo otro es el crimen
la poesía maldita
Yo era el brazo derecho ahora no soy nada
Esta guitarra cae ya
volcada de mi alma
su última nota
espera.
renuncia
tanto vil ostracismo
después supe
el trabajo es salud, es factor
dignifica
y lo otro es el crimen
la poesía maldita
Yo era el brazo derecho ahora no soy nada
Esta guitarra cae ya
volcada de mi alma
su última nota
espera.
Leónidas Lamborghini.
Monday, January 25, 2016
"No sé por qué vuelvo, no tiene sentido volver, después de ocho años o casi nueve, volver a un lugar que ya no existe. Sigo haciendo cosas sin pensarlo demasiado, sin medir las consecuencias Más o menos como vos. Las leyes de la genética no fallan, diría mamá. Cuando le dije que venía me miró como si estuviera enfermo. Deformación profesional, supongo, pero no hizo preguntas. Entendió menos cuando le dije que volvía mañana, que ni siquiera me iba a quedar una noche. Entendió menos o entendió todo. Con la vieja nunca se sabe. Para qué voy a gastar “guita”, el micro llega por la mañana temprano y se va a las diez de la noche. Tengo dos horas de viaje hasta Buenos Aires para apolillar y casi todo el día para pedalear unos cuantos kilómetros. Y tratar de saber por qué. Turista no soy, los paisajes no me emocionan, de la gente conocida no queda casi nadie. Amigos, ninguno. A lo mejor vengo nada más que para hablar un rato con vos, para contarte algunas cosas que me pasaron. Para decirte lo que pienso hacer. Estoy en una edad de mierda en la que te ves obligado a tomar decisiones. No te preocupes, no vuelvo para saber quien es mi padre, ni para conocerte realmente. Ni para descubrir tus zonas oscuras. No va por ahí la cosa. Siempre fuiste un tipo transparente, sólido como una pared, pero transparente. Y si a veces no te entendía, no era culpa tuya. No era culpa mía tampoco, era demasiado chico para entender algunas cosas. Cuando empecé a entender las cosas de los mayores fue porqué sin darme cuenta había dejado de ser chico. A lo mejor vine para acordarme bien de todo lo que pasó aquel invierno. Me gustaría saber tu versión. Yo conozco sólo parte de la historia. Algunas cosas las viví, otras las escuché o las intuía. A lo mejor vine porqué me di cuenta de que se me estaban borrando y me dio bronca. No se puede ser tan imbécil. Hay cosas de las que uno no puede olvidarse. No tienen que olvidarse aunque duelan." *
* Ernesto como narrador. Comienzo de un "Un lugar en el mundo"(1992), película argentina dirigida por Adolfo Aristarain.
Friday, January 22, 2016
Beatrice.
"Ojos verdes que cuando los abre abarcan toda su cara. Pelo rojo que cuando se lo suelta el alba te cae encima. Pocas palabras, pero las justas. Si fuese cine: género aún por inventar. Si fuese perfume: la arena a primera hora de la mañana, cuando la playa está sola con el mar. ¿Color? Beatrice es rojo. Como el amor es rojo. Tempestad. Huracán que arrastra. Terremoto que te deja el cuerpo hecho trizas. Así me siento cada vez que la veo." *
* "Blanca como la nieve, roja como la sangre", Alessandro D'Avenia (2010).
Thursday, January 21, 2016
"Los libros nos recuerdan que somos unos asnos y unos tontos. Son la guardia pretoriana del César, que murmura mientras los desfiles pasan ruidosamente por las avenidas: «Recuerda, César, que eres mortal». La mayoría de nosotros no puede correr de un lado a otro, hablar con toda la gente, visitar todas las ciudades. Nos falta tiempo, o amigos, o dinero. Las cosas que usted busca, Montag, están en el mundo; pero el noventa y nueve por ciento de los hombres sólo puede verlas en los libros. No pida garantías. Y no busque la salvación en una sola cosa: persona, máquina, o biblioteca. Ayúdese a sí mismo, y si se ahoga, muera sabiendo por lo menos que estaba acercándose a la orilla." *
* Faber a Montag en "Fahrenheit 451" (1953), Ray Bradbury.
Tuesday, January 19, 2016
"Cuando Florentino Ariza la vio por primera vez, su madre lo había descubierto desde antes de que él se lo contara, porque perdió el habla y el apetito y se pasaba las noches en claro dando vueltas en la cama. Pero cuando empezó a esperar la respuesta a su primera carta, la ansiedad se le complicó con cagantinas y vómitos verdes, perdió el sentido de la orientación y sufría desmayos repentinos, y su madre se aterrorizó porque su estado no se parecía a los desórdenes del amor sino a los estragos del cólera. El padrino de Florentino Ariza, un anciano homeópata que había sido el confidente de Tránsito Ariza desde sus tiempos de amante escondida, se alarmó también a primera vista con el estado del enfermo, porque tenía el pulso tenue, la respiración arenosa y los sudores pálidos de los moribundos. Pero el examen le reveló que no tenía fiebre, ni dolor en ninguna parte, y lo único concreto que sentía era una necesidad urgente de morir. Le bastó con un interrogatorio insidioso, primero a él y después a la madre, para comprobar una vez más que los síntomas del amor son los mismos del cólera. Prescribió infusiones de flores de tilo para entretener los nervios y sugirió un cambio de aires para buscar el consuelo en la distancia, pero lo que anhelaba Florentino Ariza era todo lo contrario: gozar de su martirio." *
* "El amor en los tiempos del cólera". Gabriel García Márquez (1985).