Sunday, January 08, 2017



Afuera es primavera, hay animales, flores: en el bosque de Clamart se escuchan los gritos de los niños que se divierten; es primavera: la aguja de la brújula enloquece y la gran dolicocéfala se abandona sobre su sofá y se hace la loca. 

Hace calor. Enamorados, los fósforos de madera se regodean al ser frotados en el cerillero; es primavera, acné de colegiales, y he allí a la hija del sultán y al domador de mandrágoras, he allí los pelícanos, las flores en los balcones, he allí las regaderas; estamos en la estación más bella del año. 


El sol brilla para todo el mundo, no brilla en las prisiones, no brilla para los que trabajan en las minas , los que descaman el pescado 
los que comen carne podrida 
los que fabrican horquillas para el pelo 
los que soplan las botellas que otros beberán 
los que cortan el pan con su cuchillo 
los que pasan las vacaciones en las fábricas 
los que no saben lo que hay que decir 
los que ordeñan las vacas y no beben la leche 
los que no son anestesiados en el consultorio del dentista 
los que escupen sus pulmones en el metropolitano 
los que fabrican en los sótanos las lapiceras con las que otros escribirán al aire que todo marcha a las mil maravillas 
los que tienen demasiado que decir para poder decirlo 
los que tienen trabajo 
los que no lo tienen 
los que lo buscan 
los que no lo buscan 
los que dan de beber a los caballos 
los que ven morir a su perro 
los que tienen casi semanalmente su pan de cada día 
los que en invierno se cobijan en las iglesias 
los que el sacristán manda a cobijarse en la calle 
los que se estancan 
los que querían comer para vivir 
los que viajan entre las ruedas 
los que miran correr el Sena 
los que son comprometidos, los que son despedidos, los que son ascendidos, los que son disminuidos, los que son manoseados, los que son investigados, los que son apaleados 
los que son prontuariados 
los que se elige al azar y son fusilados 
los que se hace desfilar delante del Arcos 
los que no saben comportarse en ningún lugar del mundo 
los que jamás vieron el mar 
los que huelen a lino porque trabajan el lino 
los que no tienen aguas corrientes 
los que son consagrados al azul horizonte 
los que arrojan la sal sobre la nieve por un salario totalmente irrisorio 
los que envejecen más rápidamente que los otros 
los que no se han agachado a recoger el alfiler 
los que se mueren de aburrimiento los domingos por la tarde 
porque ven llegar el lunes 
y el martes y el miércoles y el jueves y el viernes y el sábado 
y la tarde del domingo. 

Fragmento de "Intento de descripción de una cena de mascarones en París de Francia". Jacques Prévert.

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